Las alcachofas o alcauciles (nombres los dos de
origen árabe) que tan ricamente nos comemos, son las flores sin madurar
(mejor: las yemas florales), llamadas cabezuelas, de la planta del mismo
nombre, una pariente no muy lejana del cardo común o cardo borriquero y
prima hermana del apreciado cardo navideño (Cynara carduncellus) del
que nos comemos los tallos.
Son hortalizas cargadas de minerales y vitaminas pero no son esos sus únicos tesoros. Poseen ademásotras sustancias como esteroles que las convierten en imprescindibles en la dieta de las personas con problemas de colesterol. También son depurativas, reconstituyentes y muy diuréticas por lo que están muy bien vistas por los riñones de quien las consumen.